Yo también seguiré.

Jamás he sido de los que van hundiéndose mientras esperan vientos favorables. Cogeré mis derrotas para dar nuevo rumbo a esta barca, a este dolor de rutas que se olvidan, de nombres que se borran y de rostros confusos que abarrotan el Hades.

Intentaré callar cada palabra, ir dejando que el viento atesore en sus manos transparentes el girar de las huellas, que los días nos cosan todas las cicatrices, y que el hambre de continuar viviendo, haga olvidar que contigo he vivido demasiado.

El esparto arderá bajo los árboles, la Luna mentirá entre las hojas, y tu voz, lejana como un sueño, callará con los tópicos infames que ensucian los poetas.