"En los ojos del gato listado de relámpagos, brilla el escenario abrasado de niebla, y allí, en un claro del tiempo, el árbol del valle recoje sus ramajes. Del telar desciende un foro de vegetaciones sangrientas. La sangre es de barro, el barro se hace piedra, en la piedra se descubre un verdín sacrílego a la luz de las candilejas, el aceite de las candilejas engrasa las ruedas del carretón que huele a anís, el olor del anís hace más olorosa la miseria, la miseria es la orla de musgo de la casa infanzona, la casa viene desde el hombro derecho del escenario envarillada de oscuras propiedades y expolios, los expoliadores que ahora detentan el poder de la cultura ya ni respetan las llagas del costado herido por cruel lanza traicionera, las llagas se multiplican como los panes y los peces ahora que ya la historia pasada nada vale, el pan abre su purgatorio de mendrugos con los que roer el hambre, el purgatorio cierra sus puertas de salida para que nadie escape, por el escotillón sube la muerte, la muerte guarda entre sus muslos mollares el fuego donde las lenguas corrompen de placer hablando de logros y cultura en otros olvidada. Pero todo da igual, el pasado es eso: pasado, ahora el presente es más hermoso, tiene nombre de mujer". (Francisco Portes)