El ser humano tiene innata una capacidad inmensa para hacer cosas terribles y cosas hermosas. Por eso el teatro siempre lo he colocado en el centro de mi vida, por ser tan pequeño pero a la vez tan importante para llenarnos de preguntas, para reorrer otros caminos y decir NO a lo que nos dicen que es inevitable.

     Qué hartos estamos de ser víctimas de la historia... ¿verdad, Federico? Por fin he estado en tu Valderrubio y se me ha erizado el vello al escuchar el sonido de un piano, y me ha emocionado el eco de tu voz, esa que no nos dejaron escuchar, en el cuarto azul de tus años mozos, y en la noria de Frasquita Alba he desobedecido las órdenes de Bernarda, aquella que ordenó silencio tras la muerte.

    Porque todo es infancia, Federico, y quiero dedicar el tiempo que me quede a que este amor oscuro, que desde mi juventud siento por este arte eterno, sea un constante hacer Teatro Contra el Olvido; pues la memoria se recupera a base de datos y reescrituras, de testimonios y recuerdos hermosos. Y en este futuro incierto que ahora empiezo como viejo, llevaré conmigo, al menos, esa emoción que sentí el 3 de julio de 2019 al encontrarme en la Vega de Granada con "Federio en carne viva", de la mano de Pepe Moreno Arenas.