"Víctima del juego"

     El que se mira a los ojos y los ve extraños, el que se agazapa dentro de sí mismo para intentar no verse, el que está fuera y busca al que está dentro, el que preña de arena los relojes, el que habita simultáneamente las dos arenas opuestas del reloj, el sepulturero y el sepultado, el que vive dentro de sí todas las muertes pero al que sólo la suya ha de matar, el que se queda atrás y el que camina mientras da la espalda al que se queda, y el que se está escapando por el hueco que se refrenda detrás de cada paso, la distancia que se mete entre la vida y su vida, lo que le obliga a seguir siendo su otro mismo, la única víctima del juego, el que aprieta los nudos en su espalda, el que deja de ser para volver a él, a mí o a ti, y no se encuentra, y no me encuentra, y no te encuentra, el extraño que vive en él, en ti y en mi y no nos necesita, el que con una línea todo lo divide, el que con una línea lo une todo, el que con una línea ha escrito toda la ausencia que nos llena los espacios vacíos con su espacio vacío, el espejo que mide la profundidad de ese vacío, el fósil donde quedan grabados los sueños no cumplidos, la máscara de un hombre, la de todos los hombres, el hueco que la nombra, una página en blanco que anhela ser escrita, espacio que te ignora, que me ignora...

     Todos quieren morirse con los ojos abiertos para seguir buscándose, aunque ya no podrían reconocerse.

     Puedo tomar cualquier espacio vacío y darle nombre, todos los nombres, cualquier nombre... Veamos lo que todo el mundo puede ver y no ve...

"Yo también seguiré"

Yo también seguiré.

Jamás he sido de los que van hundiéndose

mientras esperan vientos favorables.

Cogeré mis derrotas para dar

nuevo rumbo a esta barca,

a este dolor de rutas que se olvidan,

de nombres que se borran

y de rostros confusos

que abarrotan el Hades.

Intentaré callar cada palabra,

ir dejando que el viento

atesore en sus manos transparentes

el girar de las huellas,

que los días nos cosan

todas las cicatrices,

y que el hambre de

continuar viviendo,

haga olvidar que contigo

he vivido demasiado.

El esparto arderá bajo

los árboles, la luna mentirá

entre las hojas, y tu voz,

lejana como un sueño,

callará con los tópicos infames

que ensucian los poetas.