Aquí estamos, con nuestra mochila cargada de memoria, sin olvidar a cada paso las trampas del camino, los desengaños que nos provocaron las mentiras a destiempo, las puñaladas traperas de quienes formaron parte del trayecto, los silencios vestidos de olvido de nuestros confidentes...; en una travesía que mantenemos con firmeza los que la recorremos aún con esperanza, pues pesan más las metas alcanzadas que las falsas promesas.

     Aquí estamos, ahítos de edificios por construir, de proyectos por levantar con la ilusión de que las penurias que soportamos los marginados del arte queden atrás, y el derecho a ser visibles nos iguale en oportunidades con aquellos que siguen (en las duras y en las maduras) mamando de la ubre pestilente del poder.

    Aquí seguimos, alentando acciones de cultura militante y de igualdad para que, cuando el miedo con el que nos ha arrinconado la inoperancia de una clase política indecente, con su lucha fratricida (a ver quién degüella más adversarios y se empotra en el trono de los 17 reinos), cambie e ilumine un camino más asequible para la cultura y el arte, estemos ahí, preparados, con ganas de mostrar las vergüenzas en las que se han "purificado" en el lodazal de sus propias miserias, y podamos manifestar libremente que estamos aquí para hacer felices a la inmensa mayoría y, como Espartaco en las catacumbas, lanzar las proclamas que, al final, nos harán libres, porque solo es feliz aquel que se rebela.