Quiero irme a casa, pero mi casa es la boca de un tiburón. Mi casa es un barril de pólvora, y nadie dejaría su casa a menos que su casa le persiguiera hasta la costa, a menos que tu casa te dijera que aprietes el paso, que dejes atrás tus ropas, que te arrastres por el desierto, que navegues por los océanos.

     Naufraga, sálvate, pasa hambre, suplica, olvida el orgullo, tu vida es más importante.

    Nadie deja su hogar hasta que su hogar se convierte en una voz sudorosa en tu oído diciendo: "vete, corre lejos de mi ahora".

     No sé en qué me he convertido, pero sé que cualquier lugar es más seguro que éste.