"No has entendido nada", me decía. "Lo que esperabas de la poesía igual te hubiera dado suponerlo tras la meditación, el estraperlo o alguna fruslería semejante. No hay en el mundo técnica bastante para poder fijar en una sombra la luz aterradora del instante ¿Fotógrafos del sol? Vanos artistas. Parásitos sin fe de las aristas hilachas demacradas de la alfombra por la que pisa sólido un enigma que ignora su verdad. El paradigma perfecto de tu amor por el pasado es encontrar a veces congelado el sol entre las aguas de la noche". Tendrás tal vez razón, amada mía; pero qué poco alumbra tu reproche. |
Qué sencillo es hacer la profecía del círculo que muere tras la piedra. Yo di la carne. Tú serás la hiedra. "Si puedes esculpir el universo, ¿quién congeló tus dientes en el verso desde el que te repites, y me niegas? Tú me dirás que caminaba a ciegas. Yo te diré que el sol no tiene ojos, que la razón es sólo sus antojos y tú la fantasía de mi muerte". Si te he soñado bien tuviste suerte. Resígnate a seguir siendo confusa: se gasta solo aquello que se usa. Pensaste ser razón y ahora has de verte coraza y corazón. Pequeña musa, reina del amor, soy tu museo: espejo devastado, mausoleo también de tu verdad. Duerme conmigo. Aprende a merecerte tu enemigo. |
Por Fin Teatro
Una página web dedicada al teatro, a mis pensamientos y a los de Samuel Beckett. El teatro como forma de vida...
SALMO
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