Esta pasada Navidad, Torreperogil ha vivido un acontecimiento que, desde allá por los años 70 no se producía en este rincón de La Loma: la recreación del Belén de la época de la llegada del Mesías en la tradición cristiana. Y esto me hace rememorar que en el teatro medieval, nacido dentro de la iglesia, se solían representar por sacerdotes diversas piezas cortas que ilustraban aquellos pasajes del evangelio de dificil comprensión, aunque fueran muy emotivos. Estas piezas cortas se agruparon en ciclos, los más destacados fueron el de Navidad y el de Pascua.
En el ciclo de Navidad, dos fueron también los temas más representados: la adoración de los pastores y la Epifanía. Los textos solían ser escritos por miembros del estamento eclesiástico y tenían gran aceptación por parte del público. Sin embargo, el Concilio de Trento prohibió las representaciones en los templos, pero ese hecho no supuso ningún obstáculo para que teatralizaciones de temática navideña se continuaran escenificando en las plazas y en otros recintos profanos. Los "pastorets" en Cataluña o los Belenes en el País Valenciano son buena muestra de la pervivencia de esta tradición.
Una tradición que nos ha llegado íntegra hasta hoy y que, sobre todo en pueblos pequeños, implica en su conservación a grandes y chicos. Es así que Torreperogil, una localidad con mucho arraigo en sus tradiciones (la Asociación Cultural "Historia Viva" tiene mucha culpa de ello), rememoraba en estas fechas navideñas el esplendor o la simple esencia de los "nacimientos", con la puesta en escena de estas escenografías en miniatura en casas y locales comerciales y, ahora también, con un Belén Viviente que la comunidad escolar del CEIP "La Misericordia", bajo la dirección de Paco Mendieta, puso en pie ocupando todo el entorno de la Plaza de la Villa, a la que conviertieron por unas horas en el Belén de Judá.